El barón Bagge de Alexander Lernet-Holenia

“Cada uno de nosotros solo tiene que ver consigo mismo. Nadie puede ayudar a otro y, por lo menos así lo siento, cada individuo esta solo, muy solo. En última instancia no hay ninguna relación verdadera entre los seres humanos. Uno es siempre para el otro únicamente un motivo y nada más. Un motivo para odiar o un motivo para amar. Pero el amor y el odio nacen en nosotros, nos dominan y vuelven a dejarnos solos. No se teje ningún hilo verdadero que una a un ser humano con otro. Todo lo que uno puede llegar a ser para otro, es tan sólo una excusa, más bella o más fea, de los propios sentimientos”.

Una pequeña obra maestra.

El Barón Bagge (Der Baron Bagge), publicado en 1936, es una pequeña obra maestra de apenas 96 páginas, un relato donde amor y muerte se van tejiendo hasta formar un todo indistinguible.
En 1915, en plena Primera Guerra Mundial, un destacamento de caballería del Imperio Austro-Húngaro, busca más allá de sus líneas a un enemigo inalcanzable; el ejército ruso. A través de una enorme llanura nevada, sobre la que se cierne un cielo plomizo y una densa niebla, la tropa se adentra en un silencioso mundo de sombras que vagan en la luz crepuscular. Un reino onírico-espectral, donde es difícil distinguir qué es real y qué es ensoñación. Veinte años después el Barón Bagge, narrador de la historia y único superviviente de aquél malogrado destacamento, recuerda aquella misión, en la que vivió la aventura que le dejó marcado para siempre.

Regusto “borgeano”.

Como dije antes, esta nouvelle me parece una obra maestra del género fantástico, es breve, elegante en su prosa y para mi gusto, tiene cierto toque “borgeano”. No es probable que su autor, el austriaco Alexander Lernet-Holenia leyera a Borges antes de escribirla, pero lo cierto es que parece inspirado por él. Sobre todo por esa sensación onírica y extraña que invade la lectura y que va in crescendo, hasta llegar al sorprendente final, que me parece sublime y no exento de poética melancolía. Además el texto está salpicado de digresiones filosóficas sobre el amor, la vida y la muerte, que lo hacen más interesante aún si cabe y que también me hace recordar a otra gran obra: El desierto de los tártaros de Dino Buzzati, si bien ésta se publico cuatro años más tarde. 

Mucho más que un relato fantástico.

Como dije antes, el texto esta lleno de digresiones filosóficas del calibre de la cita que hay al principio de este artículo. Confieso que he leído este relato tres veces en distintos momentos de mi vida y en todas me he sorprendido pensando acerca de los planteamientos que presenta el autor, ya sea sobre los tipos de amor o sobre la soledad. Sobre la inmovilidad y la repetición que nos invaden día tras día o sobre la imperceptible línea que hay entre la vida y la muerte. Además la sensación de irrealidad que permea todo el relato, unida a la salvaje (aunque sutil) imaginación que despliega Lernet-Holenia, lo hace aún si cabe, más propicio a la divagación.

Lernet-Holenia; Un autor para descubrir.

Lernet-Holenia no es un autor muy conocido en nuestro país, a pesar de contar con varias obras traducidas al español, como Marte en Aries, El estandarte o El conde Luna, todas de gran calidad literaria. En su país natal esta considerado un grande, no solo de la narrativa, pues también escribió poesía, guiones y obras de teatro, además fue amigo de otros grandes como Stefan Zweig, Ödön Von Horváth o Leo Perutz.  

Si queréis conocer a un autor interesante y leer una buena historia fantástica con uno de los mejores finales escritos, esta es una muy buena opción, yo lo tengo entre mis favoritos. Saludos.

“Los sueños están unidos aquí y allá por puentes. ¿Y quién puede decir verdaderamente qué es la vida y qué es la muerte, o dónde comienzan y dónde terminan el espacio y el tiempo que separan vida y muerte?.