Dersú Uzalá

En aquellos días de cuarentena y reclusión forzosa en casa, cuando no se podía salir, ni siquiera a dar un paseo por la calle o los bosques de los alrededores, descubrir por casualidad libros como este que reseño hoy, fue todo un placer y una válvula de escape contra la monotonía y el encierro. No pude salir de casa, pero en cambio me pasé cinco días vagando por los bosques y la taiga del lejano oriente ruso, acompañando a Arséniev y Dersú, en sus exploraciones y admito que fue toda una aventura.

Un clásico de obligada lectura en las escuelas rusas.

Dersú Uzalá es un clásico de la literatura rusa. Fue escrito por el militar y explorador Vladímir Arséniev en 1923 y relata las memorias de una expedición por la cuenca del río Ussuri y las montañas Sijoté-Alín en el extremo oriental del Imperio ruso en 1908. Expedición que sirvió para explorar y cartografíar toda esa región, que en aquel momento era prácticamente desconocida.

Un libro plagado de descripciones geográficas, zoológicas, botánicas y etnográficas, pero también lleno de pequeñas historias humanas del día a día de una expedición, que se va abriendo paso por un territorio inexplorado y muchas veces hostil, en lucha constante contra los elementos y lo que es más importante, lleno de profundas reflexiones del autor, nacidas de la observación. Unas reflexiones que destilan gran sensibilidad, maravillándose a cada paso ante el encuentro con una naturaleza bella e indómita y a la vez urgencia y tristeza por el futuro sombrío e incierto de esa naturaleza, que ya empezaba a ser explotada y destruida sistemáticamente.

Es ahora, poco más de cien años después de esa expedición, cuando estamos viendo toda esta devastación, muerte y extinción de innumerables especies provocadas por la falta de conciencia del ser humano y por este capitalismo devorador e insostenible que se ha enseñoreado del planeta, como un virus letal, quizá por eso es un libro de obligada lectura en las escuelas rusas.

 


La naturaleza como protagonista.

El libro tiene dos grandes protagonistas: uno es la naturaleza y todos los seres que viven en ella, tanto vegetales como animales, es fantástico ver la variedad y la exuberancia de todas esas especies y los encuentros de los exploradores con los animales salvajes, como el tigre del Amur. Encuentros que tienen algo de místico, algo trascendental, quizá es la manera que tiene la naturaleza de exigir respeto al ser humano, mediante esos señores del bosque a los que hay que temer y rendir pleitesía, puesto que encarnan todo lo que es el mundo natural, belleza y peligro, vida y muerte.

Quien se haya adentrado alguna vez en un bosque sabe muy bien de lo que hablo, a cada paso uno puede maravillarse, pero también puede ponerse en peligro si no está atento, la naturaleza es bella pero implacable.

Las detalladas descripciones de Arséniev nos permiten visualizar muy bien ese entorno en el que se van moviendo, la magnificencia de todo lo que encuentran, ya sea la majestuosidad de un animal o un paisaje, la sorpresa ante el descubrimiento de algo totalmente desconocido o el peligro que conlleva el desbordamiento repentino de un río o hallarse inmersos en una tormenta salvaje de varios días de duración. No deja de haber cierta belleza poética en todo ello, la toma de conciencia de que el ser humano es insignificante y ajeno a ese entorno, al que parece no estar conectado ya.

 

Dersú Uzalá: el hombre del bosque.

El otro gran protagonista es Dersú Uzaláun cazador nómada de la etnia Gold (Hezhen) que acompaña a la expedición en calidad de guía. Es un personaje bastante peculiar, todo un hombre de los bosques, que conoce su entorno como la palma de su mano, rastrea huellas, predice el tiempo, encuentra comida, todo un seguro de vida para Arséniev y los suyos.

Pero también es un hombre con conciencia, puesto que no mata indiscriminadamente, sino que caza lo necesario para subsistir, no destruye su entorno, sino que se adapta a él y toma lo que le puede ofrecer sin abusar. Además al ser animista cree que todo lo que existe tiene alma y está vivo, ya sea un árbol, una piedra, el agua del río o una hormiga, por lo tanto siente un profundo respeto hacía todo.

Por otra parte, su concepción del mundo y el universo es primitiva y básica, pero parece entender los mecanismos y leyes de la naturaleza muchísimo mejor que el resto de expedicionarios, que supuestamente son más cultos y sofisticados que él.

Una trágica historia de amistad.

A lo largo del libro nos vamos dando cuenta de que Arséniev siente un profundo respeto y cariño por la figura de Dersú, le parece un hombre fascinante del que puede aprender mucho, así que cuando este le confiesa que su vista se ha deteriorado por la edad y ya no puede cazar bien, Arséniev se da cuenta de que no puede dejarle en el bosque, una persona que depende de sus sentidos para subsistir en un entorno hostil se convierte automáticamente en una presa fácil, así que al acabar la expedición decide llevárselo a la ciudad con él.

Pero en Jabárovsk la vida no es fácil para Dersú, puesto que se siente como un animal enjaulado dentro de la casa, además no entiende que no pueda disparar su rifle o que la gente de la ciudad tenga que pagar por el agua o la leña. Así que una mañana decide coger sus cosas y marcharse otra vez al bosque y un par de semanas después Arséniev recibe un telegrama diciéndole que lo han encontrado muerto, asesinado por unos ladrones.

Triste colofón para esta bella historia de amistad y supervivencia.

El libro como fuente impagable de información

El libro está plagado de minuciosas descripciones de la flora, fauna y orografía. Esto puede resultar tedioso para el lector al que no le interesen estas cosas o esté acostumbrado a una lectura más rápida, pero no debemos olvidar que es un libro basado en el diario de una expedición, así que es comprensible que todos estos datos aparezcan. Por otra parte es una fuente impagable de información, que permite hacerse una mejor idea del entorno.

También hay detalladas informaciones sobre las etnias que habitaban la zona y sus problemas de convivencia, Udejeys, buscadores de oro coreanos, pescadores japoneses, bandidos chinos (Honghuzis), Tazás, colonos y viejos creyentes rusos (Raskólniki). Incluso se documenta algún que otro hecho inexplicable de tinte sobrenatural.

En definitiva, todo un tesoro de información de un mundo ya desaparecido pero no tan lejano en el tiempo. Un libro que nos permite enamorarnos una vez más de la naturaleza y concienciarnos de que su destrucción, es también la nuestra.

La cordillera Sijoté-Alín

La cordillera de Sijoté-Alín se extiende a lo largo de 900 km y cubre los Krai de Khabarovsk y Primorsky, de clima templado, esta cubierto por bosques y montañas cuyas cimas más altas son el Tordoki Yani (2077 mts), el Ko (2033) y el Anik (1933).

Hoy en día esta considerada como reserva natural y desde 2001 patrimonio de la humanidad por la Unesco. La caza y pesca están prohibidas, con el ánimo de proteger las especies que lo habitan, entre las que se cuentan el reno, el oso pardo, el tigre siberiano, el leopardo del Amur e innumerables especies de aves, insectos y plantas.



Kurosawa y su homenaje a Dersú Uzalá.

Como dato final, también me gustaría destacar que en 1975 el japonés Akira Kurosawa realizó una película sobre este libro. Película de culto hoy en día en la que el director supo reflejar con mucha sensibilidad la historia de amistad entre los dos protagonistas y su relación con la naturaleza y por la que ganó el Oscar al año siguiente. Todo un homenaje a Dersú Uzalá del que me gustaría hablar en el futuro.