Los fantasmas de la guerra – El arte de Otto Dix

La Primera Guerra mundial tuvo un efecto devastador para el continente europeo y en especial para el Imperio Alemán, ya que fue derrotado y posteriormente humillado en Versalles, provocando una reacción en cadena que llevaría a los nazis al poder, desembocando años después en otra guerra mundial aún más salvaje y destructora.

Fue una época dura en la que el Imperio alemán pasó a convertirse en la República de Weimar. Una época de inflación desmedida, pobreza rampante, disturbios y violencia política. Pero también una época de gran efervescencia cultural. Fue en aquellos tiempos cuando surgieron algunas de las mejores obras literarias del siglo XX, apareció la Bauhaus, se desarrolló el cine, el Jazz inundó los cabarets y los tugurios de Berlin y también nacieron multitud de movimientos artísticos como el expresionismo y la Nueva objetividad. Es en esta última corriente pictórica donde se movió nuestro protagonista de hoy; Otto Dix.

A la belleza (Autorretrato), 1922. Museo Von der Heydt, Wuppertal.

Retratando la fealdad

Otto Dix fue uno de los principales referentes de la Nueva objetividad, una forma de realismo descarnado que distorsiona las imágenes para enfatizar la fealdad. El arte de Dix es brutal, satírico y provocador; experto en despojar a la realidad de todo lo bello, para mostrar esa fealdad ante la que el ser humano mira hacia otro lado, intentando sin exito negar su existencia.

El punto de inflexión en su vida fue su experiencia en combate durante la Primera Guerra Mundial. Lo que vivió en los campos de batalla le marcó profundamente y buena parte de esos traumas quedaron reflejados en sus obras posteriores.

La guerra, 1932. Albertinum – Staatliche Kunstsammlungen. Dresden.

En su tríptico “La guerra” pintado entre 1929 y 1932 se puede ver muy bien reflejada la destrucción y el horror que provocan las batallas, sembrando de muerte campos y ciudades.

Contemplando esta pintura, uno puede sentir de alguna manera la desesperación, la ansiedad y el miedo que sintió el artista cuando estuvo luchando en aquellas trincheras y también su deseo de exorcizar esos fantasmas. Me parece una de las representaciones artísticas de la guerra más brutales que existen.

Soldado herido, 1924.

 

Prager straße 1920. Staatsgalerie Stuttgart, Stuttgart.

Tras la guerra, probablemente sufrió estrés postraumático, algo que también acabo por influir en su percepción de la realidad y en su desencanto con la sociedad degradada que había surgido entre las ruinas de la contienda.

Es en esa época cuando Dix pinta algunos de sus cuadros más famosos, retratando prostitutas y soldados lisiados mendigando por las calles alemanas. Y lo hace de una manera totalmente original; sus pinturas son como caricaturas, pero no son divertidas, ya que su objetivo es provocar malestar. Además esa serie de personajes grotescos, eran un recordatorio de los horrores de la guerra y de la gran desigualdad social y decadencia moral de la Alemania de los años 20.

Los jugadores de Skat, 1920. Alte Nationalgalerie, Berlin.

 

Lisiados de guerra, 1920.

 

Enemigo de los nazis

Dix, como otros tantos artistas de la época, fue perseguido y defenestrado por el regimen nazi. Nada más llegar éstos al poder, fue despojado de su cátedra en la Academia de arte de Dresden y en 1937 fue considerado un “artista degenerado” ya que su obra no cumplía con los ideales artísticos nazis e insultaba a las fuerzas armadas. Sus obras (unas 260) fueron retiradas de los museos, para ser posteriormente destruidas o vendidas a otros países.

En 1938 fue arrestado por la Gestapo, acusado de participar en un atentado contra Adolf Hitler, por lo que fue encarcelado durante dos semanas. Además en 1945 fue llamado otra vez a filas y desplegado en el frente occidental, donde fue hecho prisionero por los franceses, hasta su puesta en libertad un año después.

Los siete pecados capitales, 1933. Staatliche Kunsthalle Karlsruhe.

 

Mujer reclinada sobre piel de leopardo, 1927. Johnson Museum of Art, Ithaca.

 

Metropolis, 1928.

Últimos años

Tras su liberación volvió a Alemania donde continuó pintando, aunque se encontró con que no encajaba en ninguna de las corrientes artísticas que predominaban en las dos Alemanias: el Realismo socialista y el arte abstracto de posguerra. Dix siguió innovando a su manera, pintando con ese estilo tan característico suyo que le valió numerosos reconocimientos en ambos lados del telón de acero. Murió en 1964.

Otto Dix supo crear un estilo propio y reconocibe, combinando su talento y sus influencias renacentistas, cubistas y dadaístas con sus traumáticas experiencias vitales, para entrar en la historia como uno de los pintores más inusuales de su tiempo.

 

Retrato de la periodista Sylvia von Harden, 1926. Centre Pompidou, Paris.

 

La loca, 1925. Kunsthalle Mannheim. Mannheim.

Esto es todo, espero que hayáis disfrutado con las pinturas de este artista de lo grotesco. Yo reconozco que su arte me remueve, esa fealdad cruda que retrata tiene cierto magnetismo irresistible. Como por ejemplo en estas dos últimas pinturas: en la primera vemos a la periodista y poeta Sylvia von Harden como el estereotipo ambivalente de la nueva mujer alemana, una representación radicalmente alejada de los cánones femeninos tradiciones, que Dix subvierte para reflejar a una mujer moderna, libre y autónoma y por extensión a toda una época. En la segunda pintura, creo que podemos contemplar una de las representaciones de la locura más geniales y acertadas de la historia de las artes plásticas. ¿Qué os parece? Espero vuestros comentarios y sugerencias. Un saludo.

Os dejo un par de enlaces donde podéis ver más obras del pintor.

Wikiart

Shocks (su serie de grabados sobre la guerra).

 

 

Dan Seagrave – Arte y música extrema

He tenido un verano bastante extremo y metalero a nivel musical y todo ello a raíz de una conversación sobre música con un buen colega, en la que ambos descubrimos que en nuestra juventud escuchábamos los mismos grupos y en la que los géneros más extremos salieron a la palestra, sobresaliendo entre ellos uno en particular: El Death Metal.

Este género se caracteriza por composiciones muy técnicas y rápidas, voces guturales, guitarras con afinaciones bajas y sonido muy distorsionado, además de baterías agresivas llenas de doble bombo y blast beats. La temática de sus letras suele ser muerte, destrucción, satanismo, historias de terror, etc… Ya veis, una maravilla y un sonido que puede volver loco o ahuyentar a quién no lo haya escuchado nunca.

Reconozco que de vez en cuando me gusta machacarme los tímpanos con este estilo, sobre todo porque me encantan las canciones con múltiples cambios de ritmo, riffs variados y técnicos y cierta agresividad. Ahora entiendo y disfruto esta música de una manera más analítica, pero cuando era chaval la vivía visceral e intensamente. No concebía el metal sin esa dosis de agresividad. Empecé como muchos de mi generación escuchando bandas de Thrash Metal como Megadeth, Overkill, Slayer o Metallica y cuando ya no eran suficientes los niveles de dureza que ofrecían, la cosa fue derivando a otros sonidos más duros, como los que proveían los texanos Pantera o los brasileños Sepultura, pero esto es como todo, uno siempre quiere más, así que acabé por escuchar bandas más extremas como Death, Morbid Angel, Deicide, Cannibal Corpse, Obituary… pero no pasé de ahí, perdí el interés durante varios años y no continué explorando, pero hay estilos mucho más duros y extremos.

Os preguntaréis a qué vendrá esta historia sobre mis gustos musicales y qué tiene que ver con el arte… pues bien, repasando este verano los discos más icónicos de este género de música, me di cuenta que en muchos de ellos las portadas estaban firmadas por el mismo artista, un tal Dan Seagrave e investigando un poco su arte, me di cuenta de que el tío es una pasada y hoy os lo quiero descubrir a los que no lo conozcáis.

The Erosion of Sanity.

Mundos de pesadilla.

Dan Seagrave nació en Worksop cerca de Nottingham (Reino Unido) en 1970. Es un artista autodidacta, cuyas composiciones se caracterizan por ser muy detalladas y oscuras. Paisajes desolados, extrañas criaturas antropomorfas y monstruosidades varias pueblan sus trabajos. Mundos que parecen salidos de los relatos de Lovecraft o directamente de las pesadillas de Zdzisław Beksiński. Tras abandonar Bellas Artes después de cursar un año, su carrera profesional comenzó casi por accidente cuando algunas de sus ilustraciones llegaron por casualidad a Earache Records y Roadrunner, discográficas especializadas en música extrema. A partir de ahí su carrera y la de las algunas bandas clásicas de Death Metal van de la mano, emergiendo de las sombras lentamente.

Souls to Deny.

Su arte esta asociado en el imaginario metalero a bandas como Morbid Angel,  Malevolent Creation, Entombed, Suffocation, Gorguts Pestilence entre otras. Y es que sus mundos de pesadilla parecen ilustrar muy bien lo que esos grupos quieren comunicar con su música y letras.

Sus influencias van desde El Bosco a Piranesi, pasando por pintores románticos como Caspar David Friedrich o Henry Fusseli. Arquitectos como Gaudí o Frank Gehry e ilustradores se perspectivas imposibles como M. C. Escher o “biomecánicos” como H. R. Giger. Detalles de estos artistas se pueden observar en sus extrañas y ruinosas arquitecturas, en el surrealismo y onirismo de sus escenas y sobre todo en la oscuridad que proyectan. También detecto cierta influencia del norteamericano Ivan Albright, el maestro del Realismo Mágico macabro.

Cuenta en su página web que la creación de algunas de sus pinturas se convierte en un esfuerzo titánico muchas veces, llevándole en algunos casos todo un año de trabajo.

And Time Begins.
Considered Dead / … and Then Comes Lividity.

Realismo oscuro.

Al observar algunas de sus ilustraciones, uno no puede evitar sentir cierta sensación de desasosiego y terror. Son mundos descarnados, moribundos y apocalípticos, poblados por criaturas monstruosas e imposibles y humanos despojados de todo rasgo, como meras sombras o cuerpos vacíos. Parece como si el artista nos quisiera transmitir la alienación y vacuidad del ser humano, lo tristemente vacíos y solos que nos encontramos en esta sociedad igualmente vacía y carente de profundidad en la que la apariencia lo es todo.

Demented Perception.
Untitled.

Arquitecto de la devastación.

Las estructuras que aparecen en sus ilustraciones son siempre laberínticas y ruinosas. Quizá con esto nos quiere decir que bajo la fachada de belleza y perfección tan anhelados por el ser humano, se esconde un mundo devastado y lleno de fealdad. Como si al igual que nosotros, el propio universo llevara una máscara para hacernos más llevadera la existencia. Un universo en el que el caos es la norma, no la excepción. Es como si estuviéramos atrapados en la mente de un dios loco, un demiurgo psicópata que se deleita engañándonos continuamente, disfrazando la realidad para seguir exprimiéndonos.

Skin Town.
None Survive the Sun.

Surrealismo macabro.

Creo que a Seagrave se le podría enmarcar dentro del surrealismo, pero uno muy macabro y oscuro. Sus escenas oníricas parecen pesadillas, son paisajes y situaciones imposibles, pero la fuerza que transmiten sus imágenes, unida a los colores que elige para plasmarlas, provocan la sensación de que cualquiera de nosotros podría visitar estos mundos en sueños. Otro aspecto a destacar es la sensación de movimiento e inmovilidad a la vez. Esta afirmación es contradictoria lo sé, pero me pasa observando sus ilustraciones, es difícil de explicar.

Clandestine.
Mind Reflections.
Like an Everflowing Stream/Eternity Reflections.
Penetralia.

Bueno pues hasta aquí la entrada de hoy, espero que os haya gustado. A mí me parece un arte interesante y ciertamente evocador, pero que al igual que la música extrema, no es para todos los públicos. ¿Qué os parece este tipo de arte? ¿Habéis escuchado alguna vez Death Metal? Ya sabéis que me encantan vuestros comentarios.

Os dejo el link de la página de autor, donde podéis ver todas sus ilustraciones y para los curiosos de como suena el Death Metal, os dejo un par de videos de grupos famosos.

Un saludo.